30.5.11

6 7 8

Debo decir antes que nada que no vì la visita de Beatriz Sarlo a 6,7,8 y que se hablò muchìsimo del tema y que como la televisión es una màquina del reciclaje, que junta sus chapìtas con sus chapitas y que modifica el entorno generando su propio entorno, uno pudo recolectar cada momento de esa zudorosa y pequeña mesa de bar con plasmas que es el programa.

De 6,7,8 diremos que revolucionò la discusión mediàtica, que defiende cual ministro peronista la gestiòn del movimiento y que pese a que aburre y a veces vanaliza es necesario que siga en el aire hasta el ùltimo dìa de esta primavera democràtica.

Y por supuesto, como defensores del modelo que somos, lo sentimos como primos ricos, los primos que la pegaron.

Beatriz se chocò contra la pared y dejò para ella cierta enarbolaciòn. En el arco de los periodistas opositores un aire de santa divina que dejò en ridìculo a esos monigotes estatales.

Y para Sandra Russo ella, Beatriz, es una universitaria pedante que la minimiza como mujer y como persona por ser una simple periodista que habla con el corazón y la cabeza a la vez. Una maravilla de la ciencia, realmente.

Dicen que cuando Forster se parò y se fue, saliò caminando por Tagle y se encontrò con El Coco Basile y Andrès Calamaro.

Estaban con los anteojos puestos, los anteojos negros bien puestos, recordando viejas historias de Madrid, de la època de Los Rodriguez, del Cholo Simeone y del paso de Basile por el colchonero. Forster se acercò y saludò, el Coco no lo conocìa, pero Andrelo sì, el tambièn es kirchnerista.

Ricardo se pidió un wiskhy doble, se sentò en la mesa y comenzò la charla.

En la televisión de Rond Point estaban repitiendo el programa de Tinelli, estaba bailando Mike Tyson, después llorò Mike, como cuando peleò por ùltima vez y fue una bolsa y perdiò y viò como todo su mundo se derrumbaba y èl pasaba a ser nuevamente otro mortal, un ex todo, un ex boxeador, un ex campeòn, un ex convicto.

Marcelo antes se comìa un alfajor de un solo tiròn. Echò un presidente una vez, le diò las 2 manos y los 2 pìes y 3 millones de televidentes a la campaña de Macri y De Narvaez que finalmente derrotò a Nestor y nos hizo sentir un frìo helado a todos.

Me acuerdo que el dìa de la lluvia torrencial y la maravillosa aparición de Palermo entre los peruanos y el peor fantasma del fracaso, y la panzada veloz del Diego a modo de festejo y euforia y màgia, cuànta magia Diego, me acuerdo que ese dìa De Narvaez apareciò en la platea durante el partido.

Como si fuera un ex campeòn. Un boxeador.

Y seguían entre anècdotas rabiosas, Andrelo y el Coco. Forster no entendìa nada, en su puta vida se tomò un saque, escabiaba, pero ni se imaginaba que Basile es màs parecido a Cacho Castaña que a Angel Cappa.

Hubo un chiste.

“Mozo, traigame un cafè veloz”

Todo el mundo estallò de la risa. Hasta Forster lo agarrò ese.

Y se armò. Porque hasta los maradonianos màs defensores, como los que hacemos de esta Noble Asociaciòn un lugar para vivir, no queremos jamàs defender a los buchones.

Y la verdad, no es bueno que un caballero ande por ahì diciendo “tal tomò esto, tal tomo lo otro, son todos unos faloperos”. No es bueno para mi y mucho menos lo es para el Coco.

Asì que lo reputearon a Maradona, Andres se reìa y no hablaba por que es un chaval con principios, pero Forster se indignaba, se indignaba y casi parecìa llorar.

Todo siguió su curso, se hizo tarde. Ricardo mirò el celular, lo asustò que algùn fan pudiera verlo en esas condiciones y se fue.

Lo curioso de los ambientes es como retroalimentan sus vivencias en sus pequeños pasillos. Cada grupo humano tiene un pasillo, imaginen un mundo como el de la polìtica, el rockandroll, el fútbol. Todos a merced del monstruo ambiental de todos los ambientes, el periodismo.

Y mientras tanto los poetas se burlan de todos y salen a la calle a protestar, a pedir un aumento, a pedir reconocimiento.

Los amantes se amotinan frente a los cines a pedir entradas gratis para todas las parejas de esta ciudad.

Los teatreros piden subsidios, subsidios, màs subsidios. Y se los dan y se los dan. Y ellos insultan al estado, insultan al estado. Y màs subsidios.

Messi sigue haciendo que la belleza en el mundo sea una posibilidad. Parece decirnos “siganme, no los voy a defraudar”.

Y yo lo miro y me digo a mi mismo.

Quiero seguir a este enano hasta ver la copa del mundo durmiendo bajo mi almohada.

No soy un hombre de hacer promesas, pero te prometo que eso no lo voy a hacer màs.