10.3.07

the big chanell

El Trivial Pursuit es un juego. No cómo Gran Hermano, no cómo el TEG. Aquí las vicisitudes psicológicas no influyen de una manera tan drástica en el normal desarrollo del juego, ni desde ningún punto de vista (salvo para espíritus ultra sensibles) influyen en el normal desarrollo del ser lúdico como miembro de una sociedad. O sea, el Trivial no te caga el día si no ganás.

La cuestión es sumar quesitos y depositarlos en las queseras por medio de pregúntas y respuestas. Hay un dado, muchos colores, en fin.

Recuerdo una pregúnta: "¿Qué está antes, la especie o el género?"

Y mi relación con el Trivial llega hasta acá. No more quesitos ni categorías.

Hay una tendencia contemporánea a derribar estamentos antiguos. Tal vez esta actitud no sea exclusiva del ser contemporáneo, tal vez rebelarse a los padres , escupir motoqueros desde facultad de derecho, y otras actitudes adolescentes sean comúnes de nuestra especie.
Pero lo que vino signando las características del para el ortamente llamado "arte contemporáneo" es esto de correr el límite hasta hacerlo desaparecer, es la idea de no envasar.

El contemporáneo le teme a la etiqueta y a la repetición. Repetición entendida no como un mecanismo intrínseco del arte sino como una evaluación a grandes rasgos, formal digamos, de las obras en cuestión.

Entonces en un mundo en el que los productores de buena cultura están desesperados por deformar hasta deformar y suprimir; un mundo dónde muchas veces la obra funciona más conceptualmente que por belleza (entendiendola como sea); un mundo donde la individualidad cotiza tan alto que todos queremos tener nuestro propio bastión; en un mundo donde hasta Chavez es necesario; la pregúnta es ¿Qué pasa con el género? ¿Qué pasa con los géneros?

Son los géneros eso que nos da resguardo.

Y son las generaciones florecientes las llamadas a re-envazar la cultura. A darle forma a este caos que ya lleva por lo menos un siglo de experimentación, de fermentación de un nuevo tipo de gusto, de sensibilidad. A tomar todas estas líneas y puntos de fuga múltiples para encausarlas en un discurso no-esquivo.
No hay que temerle a la claridad. Ya no hay leyes (eso lo aprendimos de nuestros antecesores).

Es hora del arte tosco. Hay que amigarse con el pasado y mirar al futuro. Dejar de actuar por oposición.

Entregarse un poco más a la simpleza de la forma. Como esta piedra tallada por el Rey de la Goma Mesopotámica, allá por el siglo V:

ya no hay pasos salvos
para las ideas nuevas
se agota el pensamiento
inexorable

como el tiempo y la ecología.
hay una columna que avanza
desde las ojeras enormes de la humanidad
aquella consecuencia
de lo exprimido por la historia.

¿Olvidar los reyes de antaño
buscar la suplencia de lo atómico?
¿Remasterizar la fé?

3 comments:

My Favorite Record said...

Salud!

Oh gran goma lúdica.

Zizek said...

Sr. Goma, escribí un mensaje muy lindo e interesante pero obviamente se borró.
Sólo le comento que revise a Lucio Fontana, Jackson Pollock, y al escritor Jean Paul Sartrem, entre otros artistas.
Ahí encontrará algo copado: arte abstracto, el espacialismo y demás conjeturas de las corrientes artísticas de los años cincuenta que planteaban la simplicidad del sonido, de los colores y demás como manera de alejarse de lo conceptual y lo rígido que propone una regla social.

salute
SZ

Zizek said...

Aclaración: SARTREM era el impostor. Sartre era el verdadero.