El día mundial de la mujer

Sabía bien que en esta profesión hay dos caminos: la gloria o la zanja. Que o le pegás al negro en uno de los primeros asaltos o te caga a piñas y solo te queda la calle, las putas y los mafiosos.
Entonces la zanja o la gloria.
Bien…, elegí la zanja.
Una noche. La noche de la gran pelea por el título mundial de la AMB (asociación mundial de boxeo) la ví ahí. Afuera del estadio.Una zanja profunda, lista para que arroje mi cuerpo machote dentro.
Era rubia. Esplendida y alemana. Le dije “Nena, esta es mi noche”.
Me miró un segundo.”No me importa tu noche”.
Paró un taxi y antes de subir, sin dejar de mirarme, nos dijo al taxista y a mí “A Lipzing avenue 3515”. El taxi arrancó.
Entendí la insinuación.
El mensaje subliminal de la mujer.

Confesiones de Ramón Pingponner, boxeador retirado, exclusivo de La Voz del Pulidor