27.8.13

alambre de púa

En ocasiones todavía hoy, a más de dos mil años de Cristo, bajo la cubeta y la mando para abajo, el riel gira que te gira la polea pelea contra la gravedad y el agua que sale del pozo: fresca, única, de manantial subterráneo de ciudad cosmopolita, de patio abandonado donde alguna vez formaron niños y juraron lealtad a la bandera y a la patria, porque les decíamos siempre a la mañana "el que no quiere a su patria ni quiere a su mamma" y esto no es solamente un eufemismo patriótico sino también un gesto típico de la izquierda burguesa que encarna el pelado de Calle 13 y otras expresiones de la liviandad posmoderna donde las ideologías se mastican como el chicle y el amor en las bocas de los subdesarrollados pensamientos del hombre de hoy.

El aljibe del viejo patio de la Asociación Civil Caja de Goma sigue funcionando, como siempre, como en sus comienzos.

El cajadegomismo más primitivo estaba forjado sobre las bases de la confianza a los ideales anarcoespirituales que habíamos decidido encausar en tres grandes piedras: la piedra del saber, la de la esperanza y la de las plantas alucinantes. Todo con una orientación pedagógica inspirada en los grandes valores de la humanidad.

La discusión sobre los grandes valores de la humanidad ha llegado tan lejos que todos mis viejos camaradas se fueron yendo de a uno, a medida que los avances de la fé en la política volvía a hacer mella en mi entusiasta apasionamiento...

Las aulas están vacías, los pupitres bastante bien, podría venderlos y sacarles algo de guita. Las escaleras de madera un poco carcomidas por la erosión de la humedad, seguro algún roedor se amotinó y construyó algo parecido a una vivienda, un no se qué, un frío recoveco de la profundidad para vivir, sacar conclusiones y entusiasmarse con alguna porquería.
Las ratas y los periodistas hacen cualquier cosa para vivir.

El fracaso del instituto de educación no es el fracaso de un sueño: los sueños deben ser grandes porque sino la desilusión se convierte en vecina.
Las modalidades del destino son sinuosas. Un ciclo avanza y un ciclo contrae. Un año se aprende y al otro se enrieda uno en las insatisfacciones y la terrible incertidumbre de vivir: pero es la vida la que se lleva la vida como una golpiza constante de viento sobre un muñeco de trapo en la pampa. Sólo tristeza y más tristeza en la imagen del espantapájaros.

El terrible miedo que ofrece el imperio con su esclavizante sobre a fin de mes. El primer registro de un préstamo recibido por nuestro Banco Nacional data de 1824 y es un emprésito de un millón de libras efectuado por Inglaterra, del cual vale la pena resaltar que fueron descontadas dos anualidades por la Casa Baring, un 43%, para ser exactos. La tasa de interés fijada era del %70.

Por un momento me vi sólo, frente a un patio derruido. Abandonado en la miseria. Me imaginé estoico y soñador, agobiado por la idea de levantar este muerto y de poner nuevamente la institución a funcionar. Y me vi arrodillado frente a la banca internacional, privado de mis más profundas dudas, entregado a la esclavitud sistémica. Siendo embaucado por un pulpo gigante de golondrinas privadas que cada una dispuesta a luchar por su libertad de acción.

El monstruo grande son miles de brazos a los que los une una sola noción: hay que destruir al Estado. El Estado debe ser una avenida de escribanos que pongan la cara frente a las ovejitas que estupefactas se encierran en discusiones morales sobre temas menores.

En las ciudades sobrevive la vieja mentira de la humanidad: la izquierda burguesa se compromete con los ideales de la humanidad europea y se muestra apática y moderna, librepensante, golondrina, lista para pelear por los mismo ideales por los que pelea cualquier hijo del sionismo.

Viven planeando ese viaje que los lleve lejos de mamá y papá.
Allá, donde no hay ideologías ni opresores.
Donde la libertad se parece tanto a eso que necesita la derecha para comunicarse con la gente.

No comments: