3.1.11

el camino del inca

He visto varias películas de Woody Allen. Me hace pensar en eso que los presidentes latinoamericanos llaman "la larga noche neoliberal".

La televisión por cable no sólo ha influido de mala manera en nuestros argentinos que han crecido al compás del zapping y la superintoxicación televisiva en lo que tiene que ver con la información de política y economía, digamos aquellas cuestiones que nos garchan el animo y nos trastornan el humor social. El cine norteamericano ha sido tan preponderante en nuestra vida que nos parece que asi debe ser el cine o que eso es el cine.

Woody es un ejemplo. Él siempre quiere ser inteligente e inverosímil. Siempre quiere ser sagaz, humoristico y profundo. Es un exagerado.
Tarantino es igual, tiene tantas ganas de caernos bien que puede hacer una película y una continuación totalmente diferentes. Tan diferentes que desde el punto de vista estético Kill Bill no es una saga, son dos películas separadas que no se necesitan la una a la otra. A mi juicio, la segunda no vale un carajo y la primera queda arruinada por esa secuela.

Seinfield es para nuestos jóvenes aspirantes a guionistas practicamemente el santo grial, el camino a seguir.
Y a mi me pasa lo mismo. Me aburro de tantos gags, de tantos chistes, de tanta información banal, de tanta sobreactuación, de tamaña parodia.
Las sitcoms son eso, un derroche de risas en off.

Es lógico que un imperio actúe con armas nucleares, químicas, economicas y culturales. Es lógico que los porteños que siempre han mirado con admiración a los yanquis y a los europeos amen con amor e idolatría a sus idolos blancos norteamericanos. Pues bien, aquí en Caja de Goma diremos que hasta Jarmusch sufre la estupidez norteamericanista para vivir, sólo que él elige que sus personajes no tiren tantos tiros y hasta observa con amor al cine europeo.
No recuerdo ninguna película americana con alguna pizca de verosimilitud. Algunas debe haber. Seguro que los menemistas de la Fuc pueden preguntarle a sus compañeros ecuatorianos y ellos nos darán la respuesta.

Ellos llaman "entertainer" al artista. Entretenedor. Eso es para ellos.
Woody Allen esta absolutamente sobrevalorado. Es bueno, es creativo, pero no es mejor que Juan Carlos Mesa o que Capusotto, para nada.
Lo mismo pasa con Brad Pitt, es un pésimo actor, de lo peor que existe, tan malo como Leticia Bredice.
Pablo Etcharri, no tenés nada que envidiarle al boludo ese. Es más, por lo menos vos sos kirchnerista.

Lo impresionante del mundo es como hemos crecido amando películas de tiros como "Duro de Matar", como hemos reido con comedias como "El Mundo Según Wayne" y como hemos sentido la subversion en liviandades como "El Club de la Pelea".

El formato de vida americano es tan simple como una hamburguesa de Mc Donal´s.
Y su decadencia es la decadencia de los valores más tristes de las clases pudientes argentinas.

No vale la pena seguir hablando de esto. Vivan los afroamericanos. Viva latinoamerica. Viva el tango y viva Perón.