23.3.09

napolitano como el diego

Todas las mañanas son iguales, lindas, novedosas y especiales.

Los ratones bajo la madera del parquè, los puedo escuchar roer y masticar el quesito que se llevaron de la cocina mientras Mamà y Lisandro dormìan.

Paloma estaba volando.

Tengo una sola mano. Dejè la que me quedaba mientras volaba en un ciclomotor a pedal, en el fulgor de Gascòn y los motoqueros a toda mostaza, en la radiante sonrisa barrial que tenìas cuando me viste llegando tarde, chivado y a puro desangre.
Desarmate y Sangra.

Son muchos pensamientos, para una sola cosa.
Argentina debiera tener entre sus sìmbolos patrios una flecha que sube y otra que baja.

Un signo como el bigote de charly, gris y negro, un maradona gambeteando pegado a la raya, un cùmulo de intelectuales colaborando con el buen funcionamiento de la mentira y la propagaciòn de la verdad a travès de diarios y capo trastes de mafiosos.

Con la mano enyesada y la bici preparada para andar asi, me topè con un cura y un rabino pidiendo pena de muerte para los pibes de 10 años.

Esta Noble Asociaciòn Civil ofreciò, enviando una carta a las Madres del Paco y entidades afines, el siguiente proyecto:

"Asociaciòn Civil Caja de Goma y el gobierno de Palestina solicitan enviar a la frontera con Israel a todos los niños con problemas con el paco y la delincuencia para construir pilates de mil pesos cada uno como los que cuidan a la Ort y a la Hebraica".

La respuesta fue unànime: del infierno al infierno o al infierno. Dejenlos aquì, en nuestros hogares, tal vez la fuerza de Dios nos ayude.

Los niños no matan. Son niños.

A los niños los matan los adultos. Los adultos son los inseguros, son los que construyeron esta sociedad plagada de contradicciones y de remedios tardìos.

Nosotros somos los que creemos que un cacerolazo alcanza para combatir la inmoralidad de los polìticos, nosotros somos los que limpiamos nuestro cerebro con un llamado a la 102 con el culo bien puesto en la silla, nosotros somos los que lloramos el exilio cuando aplaudimos la llegada de los militares, nosotros somos los que fuimos a vitorear Malvinas, nosotros somos corporativistas a nuestros intereses de burgues mal comido.

No hay nada màs triste y desesperante que ver a un panza llena quejarse.

10 mil incapaces seriales todos juntos en la mesa de clarìn.

Hermanos y hermanas de la patria, mientras comemos la comida de los Noble y los Mitre, si, esos que inventan cortes de ruta de 5 manifestantes millonarios, esos que inventan 70 crimenes por dìa, esos que quieren que Spinetta diga lo mismo que Susana, esos que quieren envìar al matadero a los hijos del menemismo que ustedes mismos crearon y que siguen amando desde sus notebooks anglosajonas, no se preocupen màs.

De postre està el periodismo que critica los còdigos entre barra bravas.

Y son ellos los que estàn detràs de todo este circo infame, metiendo palazos en la rueda, inventando muertos que luego querràn cremar, son ellos, los que no saben escribir pero escriben, los que no entienden la mùsica pero hablan de ella, los que quisieron hacer polìtica pero no les diò el autoestima.

Entonces se refugiaron en redaciones donde tristes, con el portaretrato de papà y la foto del jefe escriben que la Marcha de la Inseguridad fue un èxito y no fue una cortina de humo.

Escriben que un tipo que jugò 25 partidos en la selecciòn, le hizo 5 goles a Bolivia y uno a Serbia y renunciò 2 veces es importante.

Escriben para no decir que se viene una dura encrucijada para su propia moral.

Ellos saben de què estamos hablando y tampoco dicen nada.

Son tantos pensamientos, para una sola cosa.
Yo sè bien que en este paìs hay ideosincracias diferentes.

Incluso los de Boedo no tienen nada que ver con los de Caballito (sin duda, lo peor de la capital).
Es el ùnico consuelo posible para este eterno sube y baja que somos.

No cambia nada estar un poco sucio si mi cabeza es eficaz.