feto paez

Todo sea por el arte. Las flores y las jeringas. Los abortos que encontramos en el balde. El pobre feto.
El pìbe esperaba ser una megaestrella del soft porno.
Sin problemas en la primaria. Divergente en la secundaria.
Apto para tareas de poca monta, que exijan poca responsabilidad.

Pero no.
Su madre no encontraba el rumbo y fue a una fiesta donde naciò San Martìn. Y donde naciò San Martin nadie se acuerda de las proesas militares.

Es todo una especie de mal recuerdo, de cuna gastada.

Entonces el vaso del sub mundo abajo. La cuchara gelatinosa.
Una chica de rojo, otra chica apesadumbrada e insistente.

(Debes abreviar los preceptos en medio de determinadas situaciones, ella elijiò el cariño asì, la gente ya no va a comentar, lo que recièn decidiste es apenas un mareo de presiòn justa).

La polìtica nos incumbe a todos en diferentes momentos del dìa.
Por la noche todo se confunde con las propagandas blandas de la TV. El tamaño del procesador siempre influye. El tamaño del cuaderno y la cantidad de renglones marcan a fuego a todos los poemas del poeta.

Lo que estaba en las jeringas del arte es lo que està o lo que estarà en las venas.

Es lo mismo, siempre se termina tratando de have fun. De tener un buen momento.
De poner un inglès berreta entre coordenadas masoquistas.

De manejar ese coche a venas. Chocar o no chocar o doblar o todo eso que hacen los pibes del TC 2000, los garcas malparidos de Olivos en los coches que la historia les convidò por tener esa sangre, los peronistas de Moreno al costado de la Petrobras corriendo esa picada popular de Cromañon.