cronicas indianas

Clase de Pràctica Grupal. Estaban 2 bateristas de poco vuelo, un gordo que tocaba el bajo (tenìa buena onda y remeras de heavy rock), 2 chicas tìmidas que algùn dìa cantarìan algo, yo y 4 guitarristas màs (siempre somos multitud).

El profesor era increìble. Por su carisma, su sabidurìa y su tràgico sentido del humor .
Daba clases con imàgenes.
Te agarraba y te decìa: "Mirà papà, acà tocà como si el barco se estuviera yendo y la mina se va sola a Europa por 50 dìas".

Una vez se le cayò un bolso mientras giraba para escribir alguna cosa en el pizarròn. Estaba vacìo.
Cuando, a los 15 minutos, se lo marcamos (como para que lo agarre, ni se habìa dado cuenta) se diò vuelta serio.

Mirò el bolso. Lo tomò. Y dijo:

"Mirà si de golpe se caìa un paquete gigante de papel madera lleno de cocaìna".

En ese momento la pelota gigante viene rodando viene rodando y Nuestra Copia se arrodilla y se escapa, heroicamente.

La inmadurez institucional que nos rodea simplemente radica en la juventud que tiene.
La inmadurez ciudadana de la que todo el tiempo fuimos o somos actores radica en la capacidad dicotòmica argentina de renegar, de buscar el cambio enfermizo, de accionar en pos de una revancha constante.
Como si todo fuera una cuestiòn moral que està siendo quebrada, como si el bien y el mal nunca hubiesen sido planteados con un sìmbolo de pregunta.

A los indios esos no les cabe ninguna. Te quitan el corazòn y se lo comen. Con los ojos de fiesta sanguinolenta.
Nuestra Copia, que tipo sagaz, siempre encuentra una forma de huir.

Jugabamos a la escondida todos los sabados a la tarde en la biblioteca nacional.
Ahì, donde ahora esta el monumento a Evita.
Es bastante horrible.
Algunas veces nos chafaron en el paredòn del zoológico que lleva, digamos, hasta el planetario. Otras jugamos grandes partidos de fùtbol eternos, al costado del laguito de la plaza del Jardìn Japones.
Los Bosques de Palermo son un lugar increìble.
A veces se oye mucho la Banda de la Cacerola Inflamada. Pero esas mierdas no afectan la belleza paisajistica.

El pater familias de Nuestra Copia era un tipo pintòn y rudo. Hizo de James Bond de jovencito.

La mayorìa de los Presidentes que han presidido esta repùblica, y no hablo de ninguna màs que da la nuestra, no han terminado su mandato.
En realidad, deberìamos decir La Gran Mayorìa.
Eso es patètico. Hasta que la balanza no estè del otro lado no hay esperanzas en relaciòn a Un Proyecto Serio de Paìs, Fin de la Corrupciòn, Partidos Ideològicamente Centrados.
Nada.

Tuvo muchas novias Nuestra Copia. Todas rubias. Una de ellas le dejò el hijito este canchero que conoce en su nuevo episodio.
Un pibe motochorro. Aventurero sin educaciòn.
Como esos de las salideras en los Bancos de la City. Delincuentes, inmorales, hijos de puta.
Si todos ellos fueran a parar al Sur Despoblado.
Si todos los ricoteros se hubiesen quedado en Tandil y elegido un intendente.
Si los crisoles que nos componen tuvieran medallas o anillos de poder.
La guerra de la edad media continùa.
Esto es hollywood, que màs.