6.5.07

consejo

Me siento Robert De Niro.
Entreno. Saco músculos.
Leo. Me hago culto y cada vez más culto.
Practico la abstinencia. Junto información.

Acabo de recibir un sobre lacrado. Sellado en ese rojo tan propio de la edad media.

Cuando el cartero tocó mi puerta sentí un nervio instantáneo. Odio recibir visitas inesperadas. Pensé que era de nuevo el maldito abogado traidor. Sí, el dueño de ese navío perverso.

Tomé el arma como marca el manual de Martillo Hammer (héroe de los héroes de goma). Miré por la ventana de costado, procurando que el Visitante X no sepa de mí. Vi que era un cartero sencillo, de barba blanca y nariz roja.

Imaginé por un momento que era Carlitos Bukowski. Que tenía resaca y acababa de violar una vieja de mierda por ahí.
Una de esas viejas bien de mierda que llaman a la policía cada vez que pueden. Por un pibe fumando churrito o porque el basurero revolea las bolsas de una manera violenta y ruidosa.
(Siempre me sorprendió como embocan las bolsas desde distancias mágicas; mi abuelo sostiene que hay que tener un respeto solemne por los recolectores de residuos, paladínes de la lucha contra la mugre urbana).

Sin dudas, el país necesita carteros como él y basureros bien machos. La embriagadora visión de Bukowski tocándo mi timbre me hizo guardar el arma y abrir la puerta con alegría, con una sincera felicidad.

No son muchas las cosas que le suceden a un hombre como yo.
Soy como Robert y como Bill Murray.
Siempre hago lo mismo.
Soy el actor de mi comedia.

No era Carlitos. Se llamaba Juan Cruz y tampoco era Bordó. Firmé la planilla sostenida en la placa de cartón y me dió el sobre.
Dijo adios y se retiró.

Tomé los huevos de la heladera y los abrí y vertí en un vaso.
Bebí. Bebí como bebe Sylvester.

Lleno de vida abrí el sobre cuidadosamente. Tome la espadita corta-sobres. Por fin le encontraba utilidad.

Espléndidamente se cortó el papel y surgió la carta. Rezaba una instrucción en su interior.
Fotos blanco y negro -Sacadas por algún espía soviético en las calles de Praga- imaginé juguetón mientras recordaba Munich.

Dejé el sobre. Llené mi pipa. La única e irreverente Pipa de Miles. Fumé mirándo por la ventana, con el revólver al lado, por si las moscas. Luego bebí un poco de Cognac.
Comprendí que ésta no es una bebida para amenizar algún momento soleado. Pero su graduación alcohólica me excitó profundamente.

Dormí como si estuviera en una mecedora. Tuve un sueño.

Soñé que estaba en una oficina un domingo. Todo el domingo. Monitoreándo la salud pública en tres pantallas que contenían toda la información del mundo. Deportes, música y política.
Sexo en masa. Los niños de todo el país me insultaban de manera desmedida.
Yo era el establishment.

Luego tuve otro sueño.

La vieja de mierda nos denunciaba. Al tano, al croata y a mí.
Dos faroles gigantes y muchos guardianes cívicos nos mantenían cinco días en cautiverio. Un cautiverio inesperado e injusto. "No somos drogadictos" gritaba el croata. "No somos criminales" gritaba el tano. "No somos nada" gritaba yo.
Cinco días de debate y canciones populares que irritaban a los centinelas. Un juez corrupto que nos autorizó a retirarnos y continuar nuestra vida sin el manchón en el currículo.

Desperté sobresaltado.

Había pasado una eternidad ya y otra eternidad faltaba pasar. Ví a mi lado el sobre abierto y las fotos del tiempo en blanco y negro. La mira del rifle sniper alrededor suyo.
Recordé mi preciosa misión de ahora en más.
Iba a ser bien remunerada.

Debía matarlo. Un tiro preciso en la sien. Ninguna duda debía quedar. Ni la más mínima.
El gobierno me contrató y no puedo fallarle a mi país.

Debo matar al tiempo. Y debo hacerlo bien.
¿Qué le diré a mis hijos?
¿Que yo no soy capaz?

15 comments:

L ... said...

y claro!! claro!!!!!!! uno lee estas cosas... y después piensa... ¿hay alguien que pueda no tenerle cariño Goma????

(PD: coincido con su abuelo)

Unknown said...

si, lo hay.

MaLena Ezcurra said...

Me seduce tu manera de decir.


Abraxo

L ... said...

y bueno Goma... este mundo da para todo....

saludetes y abrazo virtual!

Anonymous said...

me excitas mucho goma... me gustaria darte un blowshob cuando estas escribiendo cosas como esta!
hay gomita, no te conozco y ya me pons así!

Unknown said...

otro abraxo para vos, melena (aqui seras melena).

no voy a confiar en ti, anonimo.
no me copan los anonimos.
me dan desconfianza.
de todos modos, si sos nuevo en la asociacion gracias por pasar.
si sos uno de esos q se hacen pasar por anonimos pues...
q te caiga todo el peso de la ley.
google esta viendo todo... no lo olvides.

Anonymous said...

Muy bueno goma... sencillamente un thriller intenso, con final inesperado.
En definitiva una joyita de goma.

Anonymous said...

Muy bueno. Ahora estoy descubriendo a Paul Auster y vengo aquí a leer algo diferente, y al final todo se reduce a lo mismo...
Goma, tu abuelo es un auténtico filósofo de la vida cotidiana.

pochoclero said...

te ayudo a eliminar 3 minutos y 39 segundos: Johnny Cash - Hurt.

Anonymous said...

Siempre duele Cash.

Cash pudo contra el tiempo.
Goma, siga sus pasos.

Álvarez Gómez said...

Goma, cuando sus textos son largos, me reservo mis mejor hora matutina.

emiliano. said...

Como diría Ronald, Me encanta todo esto.

Quiero resaltar lo de "No somos nada". Esta genial.

Saludos, señor CDG.

Unknown said...

pocho, gracias por el dato.

maga, no me ponga esa presión...jhonnys hubo muchos...pero cashes uno solo.

AG, espero q no se le atraganten las medialunas.

emi, bien ahi, bien rescatando poetas de la talla de Ronald Mc Donal`s.

Unknown said...

me olvide de usted, rosita.
suerte con auster. es un buen muchacho el neoyorquino.

Unknown said...

enardeses mi retina...caja de goma
lo siento