Por el enorme ventanal el dìa alumbra el enojo de los camioneros, van a invadir Capital Federal por un dìa mientras en los barrios de teflòn no se pega ningùn huevo màs....
El progreso cuando quiere encuentra soluciones. No hay soluciones para el acnè ni para el càncer, hay quièn asegura que el Sida es un invento de los que inventan cosas para asustarte, pero han inventado sartenes de un material sagrado al que no se le pega nada.
El porteño como tal tuvo su època de oro. Cuentan que fuimos uno de los faros de Amèrica Latina, que los jòvenes del continente nos veìan como los que haciamos las pelìculas, grababamos los discos e importabamos nuestros artistas.
Por supuesto que estoy hablando del tango, del lunfardo, de Gardel.
De aquel porteño glorioso sòlo nos quedò una impersonal bandera.
Pa`que bailen los muchachos via´ tocarte, bandoneòn. ¡La vida era una milonga!
Los chicos y las chicas se encontraban a suspirar canciones de amor, de nostalgia por el barrio que se fue, juergas de dados, vapores y cocaìna, a mitificar los puentes que en la frente una huella le han dejado al progreso que a su paso al suburbio sucumbiò.
Hoy los porteños matan su tiempo viendo series norteamericanas, los niños de nuestro cine aman a Woody Allen y sus ciudades de Europa, creen que los tiroteos en la tele son una cosa normal, de nuestra cultura, que los asesinos seriales viven en La Matanza y que el divorcio de los padres es un problema que hay que tapar.
Otros miran a Etiopìa y se sienten africanos por un rato. Ven al gran varòn rastafarì y se llenan de orgullo. Creen que en esa paciencia de negro, en esa profundidad espiritual del ritmo sincopado hay algo...
Algo de acceso norte y vicente lopez... algo del konex...
Pensar que es todo culpa de Luca y del Bahiano...
Los dos son pelados...
Los valores del tango ya no son interesantes para nuestros jòvenes.
Ahora esperan que venga un Manu Chao o un Renè a ilustrarles la mano izquierda porque con la derecha solo se pueden hacer la paja.
Y se olvidan de los temas lentos.
Y se olvidan de lo artesanal.
Y se olvidan de su identidad.
Y se olvidan de donde vienen y adonde van.
Y se tragan la pastilla de la globalizaciòn y se sienten ciudadanos del mundo y mientras tanto en las oficinas los tècnicos aplican el antivirus que aprendieron en la UBA y nos vienen a hablar a nosotros de polìtica.
Ahora todos quieren cumbia de colombia y sacarse miles de fotos digitales.
¿Dònde estan los porteños del cafè?
¿Dònde, en que universidad, en que centro cultural?
¿Dònde militan?
En el lento ir y venir del tango va la frase dulce. El chamuyo elegante. La poesìa, esa poesìa urbana y existencial donde el amor y el desamor son la misma cosa, donde nadie necesita entender nada en la primera escucha, porque el tango es la luz de la mesita del abuelo y el lugar donde los porteños de antes se encontraban a hablar, a conocerse, a estar, a donde ahora hay cosmopolismo y globalizaciòn, donde ahora hay alergia por nuestras raìces.
Una cosa es que te guste las cosas que hacen los yanquis.
O que les puedas creer a los zurdos que trabajan para los yanquis.
O que te parezca normal ver un francès con un gorrito de jujeño.
No podemos permitir que la globalizaciòn borre las pisadas de nuestros antepasados. El futuro llega todo el tiempo y estamos indefensos. Seguimos dejando a la derecha ganar en nuestra ciudad y en nuestros encuentros no flamea ninguna bandera. Ni siquiera la de Jamaica.