Dicen que una vez le preguntaron a Lennon que pensaba de la mùsica comercial y el muchacho no dudò en decirle al periodista "Viejo, ¿de què me estas hablando? Los Beatles fueron la cosa màs comercial del universo".
La reflexiòn de Juan es buena. Es buena porque desmitifica un poco la cuestiòn del rock y el negocio.
La rebeldìa es, fue y serà un buen negocio.
Veamos que pasò en la mùsica, entonces, en esta decada que se nos empieza a ir.
La mùsica conocida como "electrònica" llegò a las grandes masas y se convirtiò en el ritmo loco de los primeros años. La primera Creamfields se hizo en Puerto Madero en 2001 y yo me acuerdo que llovìa mucho.
Recuerdo que mis amigos estaban ahi bailando, que mi situaciòn financiera me impedìa ir y que me parecìa lo peor del mundo.
Un despropòsito mirando el descalabro que nos rodeaba, tanto dinero en drogas de diseño y alegrìa despiadada. Sin embargo, habìa algo peor que la indignaciòn.
No tener nada que hacer aquel viernes o aquel sabado. Era demasiado para mi juventud.
Grandes anècdotas y toda la moda y todos los signos que fueron madurando con los años estaban bailando ahì.
El diseño como imperio de la sensibilidad moderna, inmiscuido en las ropas multiformes y fluorecentes, en las pastillas, todas de colores y formas distintas, con sus firmas ocasionales en cada una.
Hoy existe un diseñador para cada pequeña necesidad de nuestras vidas. ¿Serà el nuevo gran oficio?
Como siempre, la vanguardia de la vanguardia de la vanguardia occidental es la mùsica de los negros.
Mi visiòn antropològica es bàsica pero efectivista:
La mùsica dance es la versiòn blanca del rap y el hip hop que los negros estuvieron haciendo en los 90`s. Y que volviò a fines de esta dècada para quedarse con todos los tronos, hacerse mainstream, copar Mtv, hacer que hasta chicas blanquitas de Inglaterra lo estèn cantando.
Otra vez la fascinaciòn del chico blanco por el ritmo natural de los negros.
Aunque claro. Mientras Harlem se sacude en contorsiones de lo màs gustosas los europeos se toman una pasta y bailan en el lugar moviendo las cabezas y los brazos, como pàjaros sin alas.
De groove no hablemos.
Nada cambiò. Otro punto.
El rock recibiò tal vez la mejor noticia de la dècada en el 2000. A mi juicio la ùnica huella genuina que esta mùsica habrà dejado a la historia, entre los 90`s y lo que sigue, es Radiohead y el disco especial es Kid A y es de ese año.
El pasito que nos estaba faltando lo dieron los muchachos.
La sìntesis de todo lo que iba a venir despuès.
No hubo una cruza entre rock y electrònica que haya podido generar una mùsica nueva. O es rock con baterìa tecno o es tecno con guitarra elèctrica.
No quiero hablar demasiado de Kid A, vayan, oiganlo todas las veces que lo tengan que oir para que les entre en la cabeza. Està todo ahì, vamos chicos, es fàcil.
El rock nacional sufriò una importante pèrdida en 1997, se separa Soda. Una banda emblemàtica que decidìa partir. Yo quise ir. Despuès no fui y no me importò tanto.
En 2003 Mtv les daba el premio "Leyenda". Zarpado.
Yo se lo darìa a Moris, realmente.
Pero 2001 nos tenìa otra mala noticia. Torres gemelas, helicoptero en casa rosada. ¿Què puede ser peor?
Se separan los Redondos.
Se estaba yendo la ùltima ilusiòn de la izquierda. El ùltimo movimiento de masas argentino. Se nos iban, se nos iban El Indio y Skay cada uno por su lado y en bolas nos dejaban, con un paìs en llamas y un mundo violento afuera.
Y para colmo, ese año, el extraño 2001, Babasonicos editaba Jessico y se quedaba con el cetro.
El rock nacional cambiaba de rey asì. Del sueño popular ricotero al pantalòn de D`argelos. En un toque, sin nada en el medio. Solo Pity, cada tanto, con su oxìgeno nos permitìa soñar con un mundo mejor, con rockeros que nos identifiquen y nos guste idolatrar.
Mientras tanto, para el 99 y el 2000 Calamaro se tomaba todo y nos dejaba un testamento hermoso, màgico, incalculable, de poesìa, canciòn y locura. Honestidad Brutal y El Salmòn.
Y un muchacho algo confundido que se retiraba a vivir exiliado. A juntar valor.
Si me apuran lo digo: esos dos discos son lo màs imporante que ha pasado en el rock nacional desde entonces. Con el tiempo seran ajusticiados en su justa dimensiòn.
Son algo èpico, profano, inspirador. Nadie fue tan insultado y robado como Andrès.
Como todo se iba a la mierda los pibes volvieron a estudiar mùsica, teatro, pintura y toda la bola de la cultura se empezò a llenar de gente.
Cuando hay gente que estudia hay gente que consume.
El jazz porteño se nutriò de miles de pibes que elijieron el Real Book antes de Marketing en la UCA.
Muchos gèneros salieron del ropero gracias al cacerolazo, mucha mùsica tocada por muchos mùsicos.
Menos candidatos a policias, a polìticos y a peridistas. Miles de actores y actrices, pintores y escultoras, chicas de danza. Todos a laburar en una cultura contestataria y rebelde.
Vamos todavìa, vamos que la derecha està controlando la principal ciudad de nuestro paìs y los jòvenes estan muy comprometidos.
Bersuit y Divididos se nos apagaban al principio. Màs golpes.
Se nos llenaban de pendejos y de chicas.
A mediados de la dècada solo nos quedaba esperar que Charly rompa algo, que Spinetta decida juntarse con Pescado o que Fito se queje del estado de la canciòn nacional.
Y uno, un pobre pibe que trabaja por la cultura con humildad, respeto y dedicaciòn, se preguntaba.
¿Y que pasa con tus temas Fito? ¿Por què hace 10 años que no haces algo que estimule?
La mùsica rock terminò de moldearse y estancarse. Para bien, para que la segunda mitad de la dècada nos aplaste con bandas tipo los 80`s, otra tipo los 70's y otra tipo los 50`s.
La electrònica le dejarà al mundo un montòn de cerebros estropeados, ningùn legado ni virtud propia a la historia, es sòlo una cosa de boliche màs, vanguardias de mùsica electroacùstica hubo siempre y ningùn Dj medio vagoneta se va a poner la corona de artista.
En eso estoy con Pappo, a muerte.
Y quisiera acotar y hacer extensivo el pensamiento.
Puede haber mùsicos que pasen sets para bailar.
Puede haber dibujantes que diseñen.
Un diseñador es un diseñador, un dj es un dj y un artista es un artista. Eso no va a cambiar nunca, tampoco.