divino tesoro

Entre sollozos y vacilaciones, entre humo y horizontes distintos, entre puertos y màs puertos y muchos màs puertos encontramos la dificultad històrica de los jòvenes nacionales para ocuparse de las premisas del arte.

Y uno podrìa bien preguntarse si es tema de los jòvenes el arte.
¿Es tema de los jòvenes el arte?

Si acaso uno se hace buen pintor por ser inexperto y precoz; si acaso el poeta florece en una pubertad onìrica; ¿El mejor Borges fue el jòven o el ciego? ¿Existiò un Borges jòven?; ¿es que la arquitectura de las canciones se entiende mejor cuando se sufre por amor, se padece por polìticas o se extraña a alguien?

Darìa toda la impresiòn que uno de los aspectos fundamentales de la Divisiòn Internacional del Trabajo es aquel que pone a los veteranos a tratar los temas importantes (la polìtica, la religiòn y las grandes licitaciones) y a los jòvenes a ocupar los rankings altos de los charts mundiales y las tapas desnudas de la belleza, a las mujeres a pelear por las cosas de las mujeres y a los hombres a pelear por el fùtbol o las mujeres.

Argentina vibrò desde hace mucho mucho enormes palpitaciones de sus jòvenes y un deseo irrefrenable de desafiar a las generaciones anteriores y de tomar armas en la polìtica. En los sentidos figurados, poèticos y teatrales.
Acaso este fue uno de los vèrtices determinantes en la fractura primera del peronismo de Peròn y luego en la constante lucha que derivò en los sucesivos golpes de estado.

La puja entre los chicos de la patria libre contra los gerarcas de todos los colores que preferirìan morir antes que sacar el culo de sus sillones.
Los viejos conservadores de la forma.

Norteamèrica sigue fabricando estrellas jòvenes. De mùsica. Como en los maravillosos 70`s y sus tres añitos antes de Yoko. Como si en aquel paraje donde impera la democracia, la libertad y la maravilla toda del progreso aquel primer eslabòn de razonamiento que es la eterna y querida Divisiòn Internacional del Trabajo sea una realidad. Una realidad donde los judìos tienen el dinero, los catòlicos la policìa y los militares la palabra final.
Una realidad posible.

Aquì habilitamos el voto a los 16, de a poco y con muchos esfuerzo.
Estos pibes te militan cualquier cosa. Discuten, te putean, se enfrentan al sorete de Macri y sus asesores de la tristeza privada  y los hacen retroceder y se ganan la invitaciòn a la mesa.
No tienen sus bandas ni sus escritores. Tenìan a Cumbio pero no sabemos bien què pasò con ella.

Desde esta Noble Asociaciòn Civil celebramos la ampliaciòn de derechos que parece comenzar a convertirse en ley y saludamos a todos los niños que, inclusive aùn siendo vìrgenes algunos de ellos, puedan adentrarse en el maravilloso mundo de los cuartos oscuros y elegir quièn quiere que gobierne o bien quièn quiere que enfrente a las corporaciones o al sionismo internacional. O bien podràn elegir sino prefieren una opciòn màs conservadora. Alguna que nos quiera asemejar constantemente con la Europa exitosa o con los valores de la moral capitalista.

Ahora, por favor, evitemos confundir esta buena noticia con un desesperado y apresurado recambio generacional en el terreno de la gestiòn.
Todos los apasionados por algo tenemos referentes.
La posibilidad de caminar con ellos es vital. La posibilidad de inspirarse en ellos es vital.
El trasvasamiento generacional debe ser respetuoso.

Algunos creemos que el arte debe aspirar a la perfecciòn a travès de la esencia. El equilibrio y la armonìa.
Lo original no es lo novedoso. Lo original es aquello que nos remite al orìgen, a los grandes porquès.
La perfecciòn existe a travès de la esencia.

Habrà seguramente, vivimos en democracia y gozamos de la plenitud de nuestros derechos, quien crea que a  travès del perfeccionismo se puede acceder a la esencia.
Son quienes desconocen por siempre el caràcter imperfecto de la esencia. Son los perfeccionistas insatisfechos cuya insatisfacciòn justifica su insoslayable cruz.

El jòven nacional ha recuperado la ebulliciòn de sus dìas dorados. De aquellos dìas en los que decidiò tomar cartas en sus asuntos. El jòven nacional ha recuperado su esencia patriòtica e imperfecta.
Ha vuelto a confiar en su responsabilidad de cambio para terminar de torcer el rumbo que otros han fijado para nosotros.

Es importante que los conductores de las militancias no envìen a sus niños a enfrentar a las barabravas (ni Dios puede detenerlas). O que por lo menos luego del cafetìn de la disconformidad les hagan practicar defensa personal.
Y que tampoco pidan a alguien que nunca organizò un cumpleaños que organice o gestione partidas de dinero.

El làpiz del peronismo debe afinar el virtuosismo para aprovechar los recursos en todo su potencial. Uno nunca sabe lo que puede pasar en un tiempo. Y debe tener mucho cuidado con el entramado que se desarma desde la muerte de Nestor para acà.
Los jòvenes de la izquierda deberàn comportarse con sentido patriòtico si lo que les importa es putear y discutir sobre los temas nacionales. Y comprender a la superaciòn de nuestra especie y màs acà, de nuestras sociedades como algo muy paulatino, casi imperceptible, como si se tratarà de un pobre cambio de maquillaje.
Los jòvenes liberales deberàn dejar el catolicismo fèrreo y el fervor en defensa de los millonarios del mundo y volcarse al mundo swinger. Y experimentarlo. Y ver si està tan bueno eso de que que gane el mejor. Que los còdigos se los guarde Maradona.

Los jòvenes del arte deberàn esperar callados y trabajando a que calle el ùltimo cantor.
Como es tradiciòn en estas latitudes.