Los ingleses suelen pensar que todo lo que han dejado a la humanidad es positivo. Tal vez tengan la virtud de encontrarse virtudes a cada paso que dan y el amor propio suficiente como para quererse mucho mucho pese al què diràn.
Los franceses afilan sus cercos electrificados, desprecian a sus negros, producen polìticos racistas y luego van a las guerras y a las olimpìadas con sus negros traidos de àfrica, de amèrica y de asia y demuestran que no son solamente unos blanquitos medio paliduchos con buen gusto para la pràctica artìstica.
Los yanquis se dedicaron a dos cosas: a fabricar, vender y usar armas y a hacer pelìculas. La lògica de pongo una bomba y atràs pongo una embotelladora de Coca Cola. Juegan juegos que no le gustan a nadie màs que a ellos y lograron que el voley playero sea un deporte olìmpico.
Alemania sigue siendo el faro de la reacciòn europea, mientras Berlin sigue agitando artistas raros y provocativos.
Nadie sabe ni tiene interès en averiguar que pasa con los primos pobres de Europa, con Yugoslavia, sabemos que en Grecia hay nazis y muertos de hambre, que España va a terminar mal, muy mal, que los Rusos son malos.
En la ùltima de Batman el malo no es ni chino, ni ruso, ni àrabe, ni mutante.
Es un pobre nacido en prisiòn que quiere instalar cierto tipo de anarquìa.
Esto es algo verdaderamente novedoso.
Como si el resentimiento de generaciones enteras de afrodescendientes y de àrabes que lloran por Jerusalem y juran venganza, como si el peligro rojo de la justicia comunista, como si la furia aria de los nazis, como si los tiranos demagogos y nacionalistas de las patrias perifèricas como si todo eso hubiese cumplido un ciclo y finalmente el mal apareciera personificado en el interior de sus corazones, en los bastardos que ellos mismos escupieron en sus propias calles, como si el asesino de Columbine y el de Denver fueran el malo de Batman.
Acà bombardeamos nuestra propia plaza de mayo. Un increible conglomerado de militares rebeldes y civiles. Padres e hijos cruzando el rìo de la plata, trayendo chumbos de Uruguay, las nubes que casi truncan la conspiraciòn, el colectivo lleno de niños muertos, los años duros, la bomba en la lìnea A puesta por ¡el Ministro Carranza!
Nuestros hèroes y nuestros màrtires, todos juntos en una gran mesa de celebridades.
Enfrentados por nimiedades como el rumbo de un pais.
Y la mejor carne del mundo y los mayores ineficaces y los màs apasionados hios de puta que puedas encontrar por ahì.