14.1.09

e s d d

Yo queria jugar a que eramos los Pells. Que parezca que estamos perdidamente enamorados el uno del otro, sin problemas hubiese jugado a ser tu amigo el gay. Si con eso ganaba metros de distancia entre nosotros, si con eso vos sentìas màs comodidad para apoyar alguna parte de tu cuerpo sobre el mio, aunque sea un brazo, sin esa rigidez que le da a los cuerpos el deseo cuando uno lo demuestra y el otro lo esconde.

 Y entonces ponìa temas de Tom Waits y fumaba cigarrillos a tu compàs, uno de tiempos ràpidos y entrecortados entre pucho y pucho. Soportarìa estoicamente todo porque conservo la esperanza siempre. Porque yo no soy menos que vos y mucho menos que èl, porque yo tambièn tengo que olvidar y vos me hiciste olvidar.

Porque las mujeres vienen al mundo sin saber por què. Y eso lo dice una canciòn que nunca escuchamos y que antes de que te conviertas en una màquina de negar yo ya era una màquina de bancar el viento y esperar agazapado como mi gata, esperar que la paloma se distraiga para estar ahi firme y con el pulso medianamente viril. 

Yo cambiè para vos. Me hice manso y oyente, me dejè de pasear en coche por tu playa, y vos todavia me tenès miedo porque sabes que traicionarse es algo que nuestro signo no soportarìa, porque tenes orgullo y bien ganado lo tenes, se lo merecen las mujeres de tu talla.

Hay chicos listos que andan en moto, yo conozco algunos y te juro que no duras ni 3 meses con uno de esos. 
Porque para saber el secreto de dios hay que estar abajo tuyo. Hay que tener algùn don y tal vez algùn dia me digas que lo tengo. 
 
Se esconde en tu escote, ahì donde las cosas se pierden siempre para abajo. 
Siempre rumbo al valle. 

Yo queria ser como los Pells. Entrar por la puerta de atràs y un dia ser el dueño de tu casa. Y sin que nos demos cuenta estar esperandonos con desesperaciòn para contarnos como estuvo nuestro dia. Para eso tiene que despertar mi hermano y yo tengo que volver a ser nadie.
Para eso me voy.

Porque todos tenemos hogar.